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Fisitoterapia manual

Liberación miofascial 718 413 Arantza Cabrera

Liberación miofascial

Tras nuestra búsqueda acerca del origen de la liberación miofascial, no podemos definir un creador como tal, puesto que, desde el inicio de la fisioterapia, mediante el uso de las terapias manuales, los tejidos miofasciales han sido manipulados (1). Asimismo, parece que podemos atisbar que los padres de la liberación miofascial fueron los investigadores Ida Rolf, Andrew Still, Robert Ward y John Barnes. Cabe señalar que la miofascia se ha definido como «tejido conjuntivo denso irregular que rodea y conecta todos los músculos. Se piensa que este sistema es el responsable de facilitar la movilidad, la circulación celular y la elasticidad de los tejidos musculares. La miofascia puede contraerse en respuesta a una lesión, al estrés postural o a la inactividad. Estas adherencias y la tensión muscular pueden promover la formación de puntos gatillo en la miofascia, que se traducen en un síndrome de dolor miofascial, que puede convertirse en un problema crónico (2,3,4).

Además, tampoco podemos pasar por alto, la importancia de los estudios desarrollados por Janet G. Travell. En sus investigaciones hace referencia a los síndromes del dolor musculoesquelético y a sus tratamientos.

Otro importante exponente, actualmente, de la liberación miofascial es el Dr. Andrzej Pilat, quién ha desarrollado diversas técnicas y formas de aplicación en este campo. Para la realización de este trabajo hemos recabado información de su libro; Terapias Miofasciales Inducción Miofascial.

Después de la revisión del libro anteriormente citado nos parece que la inducción miofascial o liberación miofascial es una terapia dirigida a las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor y también al resto de estructuras y vísceras. Parece ser una técnica práctica, segura y muy eficaz, que consiste en aplicar una suave presión sostenida en las restricciones de tejido conectivo miofascial para eliminar el dolor y restaurar el movimiento. Al parecer, el objetivo de la liberación miofascial es estirar y disminuir la tensión de la fascia para que ésta y otras estructuras contiguas puedan moverse más libremente y se restaure el movimiento normal del paciente.

Otros aspectos a tener en cuenta son que se realiza directamente sobre la piel sin aceites ni cremas. Esto puede ser para permitir detectar con exactitud las restricciones fasciales y aplicar la cantidad adecuada de presión sostenida para facilitar la liberación de la fascia. Además, pensamos que el uso de la liberación miofascial debería promover la educación de la mecánica corporal apropiada, la instrucción del autotratamiento, la mejora de la fuerza y de la conciencia postural y del movimiento.

Asimismo, en la actualidad dentro de las técnicas de liberación miofascial debemos considerar el método Stecco (la Manipulación de la Fascia©), en el que se desarrolla el concepto de terapia manual creada por el fisioterapeuta italiano Luigi Stecco. Este método se centra fundamentalmente en el tratamiento de la fascia muscular profunda. Según el autor debido a la gran extensión de la fascia, este tratamiento se centra en puntos clave de esta (centros de coordinación o centros de fusión), aplicando en estos una fricción profunda para restablecer el balance lesional. Este tipo de técnica se utiliza cuando hay una restricción fascial que provoca cambios tensionales a lo largo de una secuencia, y nos va a provocar cambios a nivel de los receptores nerviosos (alterando la coordinación de los movimientos). Al parecer es una técnica que nos permite a los fisioterapeutas el trabajar a distancia del centro de percepción del dolor del paciente. En la actualidad es un método en constante desarrollo en estudios científicos, desarrollados por los hijos del creador del método, los doctores Antonio y Carla Stecco.

2. FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS Y APLICACIÓN DE LA TÉCNICA PARA LA LIBERACIÓN MIOFASCIAL.

Mediante la liberación del sistema miofascial obtenemos beneficios terapéuticos en diferentes sistemas.

A nivel circulatorio, incrementamos el abastecimiento de sangre tisular (5) lo que se traduce en un mayor metabolismo de la zona, mostrando buenos resultados en mujeres posmenopáusicas con insuficiencia venosa (6). En cuanto al sistema musculoesquelético, encontramos que tras la aplicación de la técnica conseguimos un incremento del ROM a través de la eliminación de puntos gatillos latentes (7) y mejorando las propiedades elásticas de los tejidos (8). En adición, se ha visto que la terapia miofascial puede tener repercusión en el sistema nervioso, modificando el dolor difuso, fatiga percibida y calidad de vida en pacientes con fibromialgia (9). En definitiva, la terapia miofascial debe ser concebida como una técnica de tratamiento donde podemos contribuir a mejorar a nuestros pacientes de una manera global. (Ver Anexo I)

Disfunciones 718 413 Arantza Cabrera

Disfunciones

INTRODUCCIÓN

La articulación temporomandibular (ATM) es una articulación poco conocida dentro del ámbito de la Fisioterapia y Rehabilitación, tanto en su anatomía como en su biomecánica; en comparación con otras articulaciones del cuerpo.

La ATM es una articulación que establece una conexión perfecta y en delicada armonía entre la mandíbula y el cráneo. En ella se van a articular el cóndilo de la mandíbula con la fosa articular del hueso temporal, en la base del cráneo. Son dos articulaciones simétricas, una en el lado derecho y otra en el lado izquierdo del cráneo, que permiten hacer movimientos de abertura/cierre de la boca, desplazamientos laterales y anteroposteriores. Siendo fundamental para un gran número de actividades como la alimentación, fonación, masticación, respiración, expresión facial, …

Su correcto funcionamiento no va a depender de ellas dos solas, sino que intervienen un conjunto de músculos, ligamentos, componentes nerviosos, pero su mayor dependencia va a ser la oclusión dental, es decir, la relación existente entre las piezas dentarias superiores e inferiores al cerrar la boca.

La disfunción temporomandibular (DTM) se va a presentar cuando una, o ambas ATM no funcionen de forma correcta y coordinada, ya sea por motivos propios de la articulación (la propia articulación, musculatura masticatoria), o por tensiones adyacentes a las mismas. Como síntomas principales de la DTM tenemos: dolor y aumento de la sensibilidad en la región temporomandibular (es la causa más importante de dolor no dental en la región orofacial), dolor facial difuso, limitación y/o asimetría en la abertura de la boca y sensación de bloqueo en sus movimientos, ruido articular, zumbido de oídos, dolor facial, craneocervical, cefaleas y afectación de la musculatura masticatoria, supra e infrahioidea. 1-2

De todos ellos, el síntoma más relevante y llamativo de la DTM es la presencia de un ruido articular al inicio, durante o al final del movimiento de la ATM; acompañado o no de dolor. Tanto es así que el 21 % de la población adulta presenta ruido articular39.

Respecto al dolor, Rodriguez O, Gutierrez M y Nocedo C44, obtuvieron valores de dolor muscular del 54,7% y el dolor de la ATM en 48,4% en los pacientes encuestados.

Con respecto a la palpación dolorosa de la musculatura masticatoria se obtuvo una mayor frecuencia en el músculo pterigoideo externo (75,4%), masetero (63,1%), pterigoideo interno (63,1%) y temporal (64,6%)45.

EPIDEMIOLOGÍA

En España hay pocos estudios que muestren la prevalencia de la DTM en la población. Entre los que hay, cabe destacar el realizado por Tapias Ledesma y cols 3, en el que se pone de manifiesto una prevalencia en torno al 47% en la población general. De los pacientes encuestados, un 38 % presentaban al menos uno de los síntomas de la DTM. Varias encuestas realizadas, ponen de manifiesto la presencia de ruidos articulares en las ATM en un 50% de población. De todos ellos, la gran mayoría no consultan ni intentan solventar dichos problemas, al no interferir en su vida normal5. Afecta más a las mujeres que a los hombres, en una proporción 3:1, hasta alcanzar 9:1 según diferentes autores.

En otra encuesta del Sistema Nacional de Salud Oral realizada en España concluyó que, a los 12 años de edad, el 6.3% presentaba ruidos articulares en la ATM; en los mayores de 15 años un 9.4%, de 35 a 44 años un 14.77%, y un 23% en el grupo de edad comprendido entre los 65 a 74 años. La limitación de la abertura era del 4.5% en el grupo de edades comprendidas entre los 35 a 44 años4.

La DTM ha demostrados ser una causa importante de ausentismo laboral6 y de disminución de la productividad en el trabajo, por lo cual debe recibir una mayor atención, al igual que otras patologías, al producir un impacto negativo en los individuos.

Por todo ello, y por la relevancia que está teniendo en la actualidad la DTM en el dolor oro-facial y craneocervical, es importante dar con una respuesta terapéutica eficaz para el correcto manejo de este problema, así como, lograr una disminución de sus repercusiones, ya no presentes, sino futuras en la población general.

DISFUNCIÓN TEMPOROMANDIBULAR

Como se ha descrito con anterioridad, la DTM se pone de manifiesto una mala coordinación en el movimiento de las ATM, dicha alteración puede deberse a dos factores principales, un problema muscular (sobre todo de la musculatura masticatoria), o por un problema articular (en relación al movimiento coordinado del cóndilo mandibular y el menisco presente).

El origen de dicho problema no está muy claro, pero se apunta a una vía multifactorial. Durante años se apostó por la mala oclusión dental como un posible origen de la DTM, pero se ha desechado al publicarse estudios que ponen de manifiesto que un tratamiento oclusal con férulas no mejora los síntomas de los pacientes 7,8.

Dentro de los factores desencadenantes podemos tener microtraumatismos, macrotraumatismos, anormalidades del disco articular y de las superficies articulares, hábitos parafuncionales como el bruxismo, ansiedad, estrés, y otras situaciones que puedan provocar inflamación, daño capsular, dolor o espasmo muscular (como morder objetos, masticación unilateral, abrir la boca de forma exagerada y prolongada, masticar chicle con regularidad, el tratamiento con órtesis dentales)48.

De todos ellos, según Castillo R y cols43, el más frecuente asociado a la DTM es el bruxismo, seguido por la masticación unilateral y la mordedura de labios, lengua y carrillos.

Sobre la masticación unilateral, Martínez y col46, establecen en su estudio, que el 78% de las personas encuestadas mastican más por un lado que por los dos. Esto puede provocar un desequilibrio en ambas ATM , y como consecuencia de ello, una posible DTM.

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